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Seguimos con trastorno bipolar….¿Hay distintos tipos de TAB?
Pues sí, existe el trastorno bipolar tipo I, y el tipo II
El trastorno bipolar tipo I se caracteriza por uno o más episodios maníacos o episodios combinados (síntomas de manía y depresión que ocurren casi todos los días por lo menos durante 1 semana) y uno o más episodios depresivos mayores. El trastorno bipolar tipo I es la forma más severa de la enfermedad, marcada por episodios maníacos extremos.
El trastorno bipolar tipo II se caracteriza por uno o más episodios depresivos acompañados por lo menos de un episodio hipomaníaco. Los episodios hipomaníacos tienen síntomas similares a los episodios maníacos, pero son menos severos; sin embargo, deben ser claramente diferentes a los de una persona que no tiene un estado de ánimo depresivo. Para algunas personas, los episodios hipomaníacos no son lo suficientemente severos para ocasionar problemas notorios en las actividades sociales o en el trabajo. Sin embargo, en otros, éstos pueden ser molestos.
Y, ¿qué me cuentas sobre las recaídas?
Algunas personas, incluso estando medicadas, pueden experimentar episodios del trastorno en un nivel menor, o, incluso llegando a experimentar episodios completos.
Hay determinados comportamientos que favorecen la aparición de recaídas, tanto maniacas como depresivas:
- La discontinuación o terminación de la medicación sin consultar con su médico.
- Estar mal medicado. Generalmente el tomar una dosis menor de un estabilizador de ánimo pueden llevar a una manía. El tomar una menor dosis de antidepresivos pueden causar una recaída depresiva, mientras que dosis muy elevadas pueden llevar a episodios mixtos o episodios de manía.
- El tomar drogas como la cocaína, alcohol, anfetaminas u opioides. Estas tienden a empeorar los episodios.
- El dormir demasiado o muy poco. Dormir demasiado puede llevar a la depresión, mientras que el dormir muy poco puede conducir a episodios mixtos o maniacos.
- La cafeína pueden causar desordenes en el ánimo que pueden conducir a la irritabilidad, la disforia y la manía.
- Usualmente los pacientes tienden a auto-medicarse, siendo la drogas más comunes el alcohol y la marihuana.
La enfermedad actualmente no es curable, pero puede ser controlada. Para lograrlo se emplean técnicas farmacológicas y psicológicas.
Psicólogo en Salamanca – Psicóloga Mª Luz Cañadas – Psicología
¿Cómo se comportan las personas con trastorno bipolar?
Marcos tiene 21 años y acaba de ser diagnosticado de trastorno bipolar. Estudia derecho, hasta ahora ha sufrido dos episodios maníacos. El primero fue leve y duró pocos días. El segundo episodio hizo necesario el ingreso, fue ingresado tras chocar su vehículo contra un muro. Dado su comportamiento la policía pensó que había consumido drogas además del alcohol que encontraron en su coche.. En la sala de urgencias el médico observó que estaba pasando por un período maníaco: llevaba varios días durmiendo 3 ó 4 horas sin mostrar cansancio, no era capaz de estar quieto, se mostraba muy irritable y hablaba constantemente sobre todas las cosas que tenía que hacer en los próximos días. Se movía sin tener en cuenta las heridas que le había causado el accidente.
El trastorno bipolar es un trastorno del estado del ánimo que cuenta con períodos de depresión repetitivos (fases depresivas) que se alternan con temporadas de gran euforia (fases maníacas).
Es una enfermedad crónica episodica y recurrente, tratable con medicación que el paciente tendrá que tomar toda su vida.
Su causa es un desequilibrio químico en un tipo de biomoléculas del cerebro llamadas neurotransmisores. El afectado oscila entre la alegría y la tristeza, de una manera mucho más marcada que las personas que no padecen esta enfermedad. Así, el afectado sufre de episodios o fases depresivas o eufóricas (maníacas). El trastorno bipolar es comúnmente tratado con medicación acompañada de terapia psicológica.
Síntomas de la manía – los «altos» del trastorno bipolar
- Incremento de la actividad física y mental y la energía
- Estado de ánimo muy entusiasta, optimismo exagerado y confianza en sí mismo
- Irritabilidad excesiva, comportamiento agresivo
- Menos necesidad de dormir sin experimentar cansancio
- Delirios de grandeza, sentido excesivo de presunción
- Hablar y pensar muy rápido, cúmulo de ideas.
- Impulsividad, poco juicio, distracción
- Comportamiento imprudente
- En los casos más serios, delirios y alucinaciones
Los síntomas de depresión, los “bajos” del trastorno bipolar
- Tristeza prolongada o ataque de llanto sin explicación
- Cambios importantes en los hábitos alimenticios y de sueño
- Irritabilidad, enojo, preocupación, agitación y ansiedad
- Pesimismo e indiferencia
- Pérdida de la energía y letargo persistente
- Sentimientos de culpa y baja autoestima
- Incapacidad para concentrarse e indecisión
- Incapacidad para disfrutar intereses anteriores y aislamiento social
- Achaques y dolores inexplicables
- Pensamientos recurrentes de muerte o suicidio
Psicólogo en Salamanca – Psicóloga Mª Luz Cañadas – Psicología
Esquizofrenia… al principio del camino.
Los psicólogos trabajamos en nuestro día a día para ayudar a las personas a resolver sus problemas personales.
Cuando una persona recibe un diagnóstico de esquizofrenia, necesita la ayuda y el apoyo de la gente que le quiere. Aunque habitualmente los familiares desean ayudar a su familiar encontramos dos obstáculos para que esa ayuda sea efectiva, por un lado su reacción emocional ante lo que está ocurriendo, y, por otro lado porque desconocen cuáles son los cuidados más convenientes para la enfermedad.
Que nos alteremos emocionalmente cuando a nuestra pareja, hijo o hermano le diagnostican esquizofrenia es una respuesta emocional normal ante una mala noticia que nos asusta y nos desconcierta.
Es frecuente que inicialmente sintamos incredulidad “no puedo creer que esté enfermo”, esta reacción suele dar paso, transcurrido un tiempo, a asimilar y aceptar la realidad. Cuanto más repentino e imprevisto haya sido el inicio de la enfermedad más probable es que la respuesta inicial sea de incredulidad. Ante un diagnóstico tan severo como la esquizofrenia, en caso de que los profesionales alberguen dudas suelen emitir un diagnóstico genérico (brote psicótico, trastorno psicótico agudo…) para poder valorar la evolución del caso y diagnosticar esquizofrenia solamente cuando tengan la certeza. Es importante que después del jarro de agua fría que supone el diagnóstico mantengamos la esperanza, ya que a pesar de la dificultad que implica la situación, las cosas no tienen por qué ir de la peor manera posible. Es habitual que pensemos en todo lo malo que puede suceder sintiendo miedo, ansiedad y angustia… En estos casos es importante que pensemos no en el abanico de cosas posibles que pueden suceder, sino en las cosas que es probable que sucedan . Es decir, aunque nos asuste la posibilidad de que las cosas salgan mal será más útil centrarnos en hacerlas de tal forma que la probabilidad de que salga bien sea la mayor posible.
Pueden aparecer sentimientos de culpa (¿Qué hice mal para que haya enfermado?) que se han alimentado de las ideas erróneas que circulan en nuestra sociedad responsabilizando a la familia del desarrollo de la enfermedad, o culpa por no haber hecho lo suficiente para evitar o atajar antes la enfermedad o por determinadas reacciones que tuvimos con nuestro familiar en el pasado. Es inútil sentirnos culpables por no haber evitado algo que no podíamos prever.
Podemos tener sentimientos de rabia, ira y frustración que tendremos que aprender a manejar .
Recomendaciones para la familia ante el diagnóstico de esquizofrenia:
. Evita buscar culpables, nadie quiere enfermar.
. Mantén la esperanza, aunque la enfermedad es grave, la evolución es muy variable de unas personas a otras, y, por tanto, es difícil redecir con certeza cuál será la evolución de nuestro familiar.
. Selecciones un equipo de profesionales que se encargue del tratamiento y colabore con ello en la medida de sus posibilidades. Se desaconsejan los cambios frecuentes de profesionales.
. Eviten sobrecargar a una persona, reúnanse la familia y repartan las responsabilidades en función de lo que cada uno puede y quiere hacer. Traten de anticipar las dificultades que pueden surgir y planteen soluciones que o permitan solventarlas.
. Aunque dediques tiempo a ayudar a tu familiar, reserva un tiempo para ti.
. Siga manteniendo su vida social y comparta sus experiencias con gente de confianza.
. Si te encuentras muy mal o ese malestar se mantiene en el tiempo, no dudes en buscar ayuda profesional.
Psicólogo en Salamanca – Psicóloga Mª Luz Cañadas – Psicología
Esquizofrenia, esa gran desconocida
<<Cuando ingresaron a mi hija por primera vez y la psiquiatra me dijo que tenía esquizofrenia y que era para toda la vida, que era una enfermedad incurable se me cayó el mundo encima>> Ana (madre de paciente esquizofrénica de tres años de evolución).
El termino esquizofrenia significa literalmente <<mente escindida>> o <<dividida>> lo cual lleva a mucha gente a pensar que quienes la padecen tienen personalidades divididas. Esto no es así, quienes padecen esquizofrenia tiene una alteración de distintas funciones mentales que trastornan notablemente su comportamiento. El comportamiento esquizofrénico se caracteriza por la desorganización de la forma de pensar y comportarse. No existen analíticas ni pruebas clínicas que permitan diagnosticarla pero se emplea para descartar que haya alguna enfermedad física que justifique los síntomas del paciente. El diagnóstico de la enfermedad se realiza por medio de la observación y la entrevista clínica.
La esquizofrenia probablemente es una de las enfermedades mentales más temida y desconocida. Son muchos los mitos e ideas erróneas que la gente de a pie tenemos acerca de estos enfermos. Es frecuente creer que las personas afectadas por esta enfermedad son impredecibles, agresivas y violentas. En España hay más de 40.000 personas afectadas por esta enfermedad que no entiende de sexo, clase social o nivel educativo. Esta enfermedad no afecta solo a quien la padece, sino que afecta de forma notable en la vida de sus familiares, ya que tras el impacto inicial que suele provocar el diagnóstico se suma a los cambios que se producen en la dinámica familiar, ya que el enfermo va a necesitar apoyo y ayuda. Así que la familia por un lado tiene que aceptar el diagnóstico y por otro aprender a ayudar al enfermo y a mantener en unas condiciones emocionales que le permitan realizar su papel adecuadamente.
.MITO: La enfermedad es para toda la vida.
REALIDAD: Los estudios indican que alrededor de un 25% de los casos diagnosticados de esquizofrenia no vuelven a tener otra crisis, y pueden recuperarse lo suficiente para poder llevar una vida normal sin necesidad de tomar medicación. Un 50% se recuperará parcialmente, necesitarán tomar medicación de forma continuada y tendrán algunas limitaciones en su vida cotidiana, pero sin grandes repercusiones. El 25% restante tendrá una mala evolución, necesidad de cuiodados especiales y supervisión continuada.
.MITO: Para el tratamiento de la enfermedad sólo pueden administrase tranquilizantes.
REALIDAD: Los fármacos disponibles para el tratamiento de la esquizofrenia cada vez son más potentes y eficaces. Con un tratamiento farmacológico adecuado son muchos los pacientes que pueden llevar una vida normal o casi normal.
. MITO :La esquizofrenia conlleva problemas de agresividad y peligrosidad.
REALIDAD: La prensa sensacionalista ha contribuido a la difusión y mantenimiento de esta creencia, ya que los informes existentes acerca dela comisión de actos violentos no llega al 1%. Es cierto que en situaciones de crisis pueden mostrarse violentos, pero es la excepción, no la norma.
. MITO: La esquizofrenia supone una limitación de la inteligencia.
REALIDAD: Las personas pueden verse afectadas o por esta enfermedad independientemente de su inteligencia.
. MITO: La culpa es de la familia.
REALIDAD: Ha habido algunos estudios que han tratado de establecer un nexo causal entre la esquizofrenia y determinados estilos de funcionamiento familiar, esto ha favorecido que frecuentemente los padres de los afectados se sientan culpables y piensen en qué se han equivocado para que su hij@ enferme. Las principales organizaciones científicas y profesionales mantienen que la esquizofrenia no tiene una causa única. Lo que sí parece evidenciar la investigación es que tras la primera recaída la evolución de la enfermedad es mejor si el ambiente familiar es adecuado.
. MITO: Es hereditaria y por ello no se puede tener hijos.
. MITO: Quien sufre esquizofrenia no podrá encontrar trabajo, ni casarse, ni tener amigos.
REALIDAD: Hay personas que llevan una vida normalizada a nivel familiar, social, laboral y de pareja.
. MITO: Sufrir esquizofrenia supone depender de la familia para toda la vida.
REALIDAD: Las personas diagnosticadas pueden ser independientes y tomar decisiones importantes en su vida siempre que la enfermedad esté en fase estable y no haya recaidas.
Psicólogo en Salamanca – Psicóloga Mª Luz Cañadas – Psicología
Yo juego, tú juegas, él juega…. ¿Tengo un problema?
Manoli tiene 42 años. Está casada y tiene dos hijos de 10 y 12 años. Siempre trabajó como administrativa, pero lleva unos meses en paro y la situación económica se está complicando. Antes le gustaba ir de forma ocasional a jugar al bingo con su marido y otras parejas los fines de semana. Desde que sus hijos empezaron las clases tras dejarlos en el colegio entra en el bar pide un café y juega un rato a la máquina, así se entretiene y no piensa en sus problemas. El primer día tuvo suerte y ganó 50 euros, así que eso la animó a jugar más. La semana pasada confiando en sus posibilidades de ganar de nuevo gastó el dinero que tenía previsto para hacer la compran y eso ha sido solo el principio. Se encuentra muy nerviosa, pensando en que desea jugar para recuperar el dinero perdido y quizá si hay suerte de nuevo poder ganar más. Su marido la nota extraña a veces por las mañanas no le coge el teléfono y, últimamente la casa está desorganizada y cuando llega a mediodía la nota nerviosa e irascible algunos días ni siquiera le ha dado tiempo a preparar la comida. ¿Qué le pasa?
La afición a los juegos de azar (loterías, cupones o quinielas) y de habilidad (cartas o apuestas variadas) está muy presente en nuestra cultura desde hace varias generaciones. En cambio las máquinas recreativas, más conocidas por todos como tragaperras son un fenómeno más reciente que genera grandes problemas a adolescentes y adultos.
Hay personas que juegan a juegos de azar o de habilidad de forma esporádica y son capaces de disfrutar del mismo sin que ello implique problemas. La ludopatía o juego patológico es una forma de adicción psicológica. ¿Cuándo podemos considerar que una persona tiene problemas con el juego? Cuando la intensidad, frecuencia, duración o cantidad de dinero invertida son excesivas y en función del grado de interferencia que el juego supone en las relaciones familiares, sociales, laborales y económicas del jugador.
Para que la conducta normal de juego (basada en el disfrute que conlleva la actividad) pase a convertirse en un problema es necesario que la persona pierda el control, es decir, que persista en la conducta de juego a pesar de las consecuencias adversas que le supone, supeditando su vida al mantenimiento del hábito. Llega un momento en que jugar alivia la tensión emocional y eso prima sobre el poder placentero de la conducta. Una persona con dependencia al juego presenta un deseo intenso e inaplazable de tal forma que el resto de los aspectos de su vida son secundarios, perdiendo interés por las actividades sociales y lúdicas que en el pasado le resultaban satisfactorias.
Las personas que tienen problemas con el juego con frecuencia presentan multitud de ideas erróneas que les impulsan a seguir jugando a pesar de las grandes pérdidas económicas que les suponen, entre las que destacan:
. “La máquina está caliente, ya va a salir el premio”
.”Si me fijo en los resultados que van saliendo sabré como y cuando debo apostar”
. “Si juego el tiempo suficiente recuperaré lo que he perdido”
. “A la larga ganaré, seguro”
. “Hoy he tenido mala suerte”
.”Sé que hoy me toca ganar”
Si te sientes identificado por la historia de Manoli, si dedicas más tiempo a jugar que a tu familia, trabajo o amigos, si gastas más dinero te puedes permitir o te cuesta controlar tus ganas de jugar quizá sea el momento de que te plantees que puedes tener un problema con el juego. En ese caso busca ayuda profesional tu médico de cabecera, la asociación de jugadores de tu localidad o un psicólogo podrán ayudarte a solucionarlo.
Psicólogo en Salamanca – Psicóloga Mª Luz Cañadas – Psicología