Marcos lleva una mala temporada. Actualmente se encuentra muy preocupado por su madre que lleva enferma varios meses. Para poder atenderla adecuadamente ha decidido trasladarse a su casa de forma temporal. Además en su trabajo hay mucha presión y tiene mucha responsabilidad, cree que su puesto de trabajo está en la cuerda floja. Hoy tenía que impartir una charla en un centro médico, pero las cosas no han ido como esperaba. Anoche se quedó preparando la charla hasta tarde y prácticamente no ha dormido ya que en un par de ocasiones ha tenido que levantarse para atender a su madre. Esta mañana cuando bajaba en el ascensor ha comenzado a sentirse muy mal, un intenso escalofrío recorrió todo su cuerpo y no podía respirar, el corazón iba a 2000 por segundo, sintió que iba a darle un infarto. Cuando se baja del ascensor le llevan al hospital más cercano.
¿Qué le ha pasado a Marcos? Marcos ha sufrido un ataque de ansiedad también conocida como crisis de angustia
Se conocen como crisis o ataques de pánico, a la aparición repentina de miedo o malestar intenso acompañado de una o más sensaciones físicas desagradables como palpitaciones, taquicardia, sudor, temblores, sacudidas, ahogo, opresión en el pecho, mareo, sequedad de boca, sensación de que percibes las cosas o te percibes a ti mismo en forma extraña, etc. Estas crisis se acompañan de un sentimiento de peligro o de muerte inminente y de una urgente necesidad de escapar. En el momento de la crisis, la persona que la sufre cree que está a punto de morir, de tener un infarto o una trombosis; o bien de perder el control o de volverse loca. Es una situación en la que la persona lo pasa realmente mal.
¿Qué las producen?
Las crisis de pánico son la respuesta de alarma de nuestro cuerpo ante el peligro. Es algo parecido a lo que ocurre con la alarma de un coche cuya misión es ponerse en marcha cuando van a robarlo; pero que, en ocasiones, se activa sin que exista ningún peligro de robo, simplemente el que alguien lo roce al pasar por su lado. Del mismo modo, a veces, en algunas personas se pone en marcha el sistema de “alarma ante el peligro” y reaccionan como si, en ese momento, estuviesen a punto de morir, volverse locos o perder el control.