Hoy seguimos hablando de cómo ayudar a los más pequeños de la casa a desarrollar una autoestima adecuada.
En el último post veíamos que podíamos ayudarles haciendo pequeñas grandes cosas:
1. Valora lo positivo de tu hijo.
2. Respétale.
3. No pidas niños perfectos.
Y hoy seguimos:
4. Escúchale y trata de responder a sus preguntas de forma sincera y honesta. Si un niño pregunta es porque tiene interés en conocer algo, ya sea porque le preocupa y/o le genera curiosidad. Si le das la respuesta podrás adaptar la información a la edad de tu hijo y a su capacidad de comprensión. Si en nosotros no obtienen respuesta probablemente buscarán la información fuera de casa hablando con otros adultos y amigos, no podremos conocer la información que reciben. Con nuestros hijos podemos y es nuestra responsabilidad educarles y hablar de aspectos importantes no deben quedarse fuera temas como la sexualidad o la muerte… Y si algo no lo sabes, reconócelo y buscar juntos la información.
5. Permite que tome decisiones. Tomar decisiones es tarea difícil y si estamos acostumbrados a que decidan por nosotros puede convertirse en una tarea casi imposible y eso cuando seamos adultos nos traerá serias dificultades. Enséñale a decidir en función de su edad y habilidades. A una niña de 8 años podemos permitirle decidir a qué clase extraescolar quiere acudir este curso (“mami este año quiero ir a ballet”), a veces las cosas no son lo que parece y pocas semanas después puede querer abandonar (“no me gusta, me aburro”), es importante hacerles cumplir el compromiso que han adquirido (“te comprometiste a ir a ballet este curso, así que tienes que acabarlo y el próximo año si quieras buscamos otra actividad”). Lógicamente estamos hablando de situaciones normales pero hay casos donde puede ser necesario abandonar la actividad, por tanto analizaremos cada situación. Para tomar decisiones pueden ayudarles juegos como el parchís, las damas, el ajedrez y otros muchos juegos de mesa.
6. Dale responsabilidades, les ayudan a madurar y a sentirse útiles pueden ser tareas diarias (como hacer la cama, quitar la mesa o preparar la mochila de clase) o semanales (quitar el polvo, recoger el cuarto).
7. Permite que solucionen sus problemas. Como padres no nos gusta ver sufrir ni frustarse a nuestros hijos, pero es parte de la vida y no es bueno protegerlos constantemente ni resolver todos sus problemas. Podemos hablar con ellos, hacerles ver que les comprendemos y asesorarles pero es mejor que sean ellos los que se enfrenten al problema. Ellos al igual que nosotros van a fracasar en distintos momentos de la vida y es mejor que se preparen para ello y lo vayan aprendiendo poco a poco. No obstante hay circunstancias que nos obligan a intervenir.
Psicoterapia Salamanca – Gabinete de Psicología Mª Luz Cañadas