El abuso sexual es una forma de maltrato infantil, una forma de violencia
que atenta contra la integridad física y psicológica de los menores que lo padecen.
¿A qué nos referimos cuando hablamos de abuso sexual?
A cualquier contacto o actividad sexual impropia de la edad desarrollo, entre un menor y un adulto o menor cuando ejerce una posición de poder sobre el niño (por ejemplo un vecino de 17 años que cuida a un niño de 8 años), con el fin de lograr estimular sexualmente al niño o niña, al agresor o a terceras personas.
Es suficiente que los contactos impropios ocurran en una única ocasión la estimulación sexual del niño, del agresor o de terceras personas.
¿En cuántas ocasiones deben producirse los contactos de carácter sexual para considerar que estamos ante un caso de abuso sexual?
Es suficiente que la conducta abusiva se de en una ocasión para considerarse abuso sexual.
Algunas claves nos ayudarán a ver si hay abuso sexual:
. Hay diferencia de edad significativa entre el agresor sexual y la víctima, aunque ambos pueden ser menores.
. El agresor para cometer el abuso sexual puede emplear:
– la coacción del menor
– usar la fuerza,
– el exceso de confianza
– la seducción
– engaño.
. Las conductas sexuales pueden implicar tanto contacto físico como ausencia del mismo:
– Proposiciones verbales de carácter sexual
– Exhibición de genitales
– Penetración vaginal, anal u oral.
– Realizar llamadas obscenas
– Caricias sexuales
– Ofrecer o forzar al menor películas o imágenes pornográficas
– Involucrar al menor en la prostitución.
– Involucrarlo en la producción de pornografía
Si queremos simplificar, los expertos consideran que en todos los caso de abuso sexual existen dos elementos básicos que aparecen en todas y cada una de las situaciones de abuso sexual:
. La existencia de una relación de desigualdad entre el agresor sexual y su víctima.
El empleo del niño o niña como objeto sexual.
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