Podemos discutir de muchas formas. Podemos tratar de entender a nuestro “contrincante” y acercar posturas, o podemos tratar de hacer daño y desarmar a nuestra pareja como si fuese nuestro enemigo.
Cuando discutimos de forma hiriente, solo puede haber perdedores.
En ocasiones, podemos ser tan hirientes en las discusiones que hay personas incapaces de olvidar aquella frase o comentario que tanto daño le hizo, frase que puede salir a relucir en próximas discusiones o incluso provocar la ruptura.
Con frecuencia oímos hablar de violencia de género y de cómo hay relaciones de pareja basadas en la dependencia emocional, el control y la violencia. Pero recordemos que hay múltiples formas de ejercer la violencia. Hay personas que agreden físicamente a sus parejas. Parece que la mayor parte de la sociedad está de acuerdo en la necesidad de acabar con esta forma de violencia, pero hay otras formas de violencia que existen y no se ven a simple vista.
Si bien es cierto que la mayor parte de las personas en las discusiones con sus parejas somos capaces de controlar nuestra agresividad física tenemos mayores dificultades para controlar nuestra agresividad a nivel verbal.
Estar inmerso en una relación personal cargada de agresividad verbal ya sean reproches o insultos, con alta probabilidad acabará teniendo problemas de ansiedad o depresión y su autoestima se verá mermada. Pero también podemos agredir sin palabras, sin ninguna palabra, largos días de silencio en una pareja tiene un efecto devastador propiciando que aparezcan sentimientos de culpa y desprecio a uno mismo o a nuestra pareja.
Mañana nos adentraremos en como discutir de forma efectiva, tratando de no herir y, sobretodo de solucionar el conflicto.
Psicologo Salamanca – Psicoterapia – Terapia de pareja